Fallece Oswaldo Muñoz, creador de «El Venezolano» y referente del periodismo latino

Murió el fundador. El pionero. El incansable. El hombre que —mucho antes de que hablar de diáspora fuera tendencia— supo que los venezolanos necesitaban un medio que los acompañara a donde quiera que fueran.
Oswaldo Muñoz, “Oswaldito” para todos los que lo conocieron, no solo fundó un periódico: creó un concepto, una red, un emblema. El Venezolano, nacido en Miami en 1992, fue más que un semanario; fue el primer espejo donde los migrantes venezolanos pudieron reconocerse fuera del país.
Visionario, conversador nato, perseverante hasta la médula, Muñoz hizo posible lo imposible en tiempos donde nadie apostaba por un medio comunitario. Contra todos los pronósticos, distribuyó personalmente los primeros ejemplares de El Venezolano por los cafés y restaurantes de Miami. Lo que comenzó como una empresa modesta se transformó en un conglomerado editorial con presencia en más de 10 países y una voz respetada en todo el continente.
Oriundo del estado Zulia, Oswaldo fue relacionista público, profesor, periodista de opinión, productor y mentor. Su columna “Oswaldo Comenta”, nacida en el hoy extinto Diario Panorama, se volvió célebre por combinar crítica aguda con sentido patriótico, y por su emblemática despedida: “no fumen”.
También fue el creador y alma detrás de EVTV Miami, canal que ayudó a proyectar la causa venezolana en Estados Unidos. A pesar de que su salida del canal fue dolorosa, nunca dejó de apostar por la comunicación como herramienta de libertad y conexión.
En su larga trayectoria, impulsó a artistas, visibilizó causas, conectó líderes y defendió siempre el valor de la democracia. Lo hizo con carácter, con pasión y con una energía que contagiaba. Su cercanía con figuras como José Luis Rodríguez “El Puma” y su amistad con miles de compatriotas construyeron alrededor suyo una comunidad sólida, afectuosa y agradecida.
Quienes visitaban su oficina en Miami sabían que más allá del director de un medio, encontraban a un venezolano orgulloso de su país, de su gente, de su historia.
Hoy, su partida deja un vacío inmenso. Pero también deja una tarea: mantener viva su obra, su ejemplo y su convicción de que el periodismo debe servir para unir, informar y dignificar.
Oswaldo Muñoz no solo fundó El Venezolano. Fundó una idea. Y esa idea sigue viva.
Con información de El Venezolano Costa Rica