Defensoría: Costa Rica no estaba preparada para recibir a los 200 migrantes deportados por EEUU

La Defensoría de los Habitantes de Costa Rica denunció que el país nunca estuvo preparado para atender de forma adecuada a los 200 migrantes deportados desde Estados Unidos en febrero pasado, muchos de ellos provenientes de países como Nepal, China, Rusia, Irán o Afganistán.
En un comunicado divulgado este jueves, la defensora de los Habitantes, Angie Cruickshank Lambert, lamentó que se tratara de una deportación forzosa, fruto de un acuerdo migratorio bilateral entre Costa Rica y el gobierno de Donald Trump.
“Estas personas nunca tuvieron la intención de ingresar al país. Fueron trasladadas mediante la fuerza y la detención. Espero que esta desafortunada historia no se repita en las condiciones en que llegaron mujeres, niños, adolescentes y adultos de distintas nacionalidades”, expresó.
Según un informe oficial de la Defensoría, el Estado costarricense debió establecer reglas claras y condiciones mínimas de dignidad para los deportados, incluyendo:
- Un plazo uniforme de permanencia con posibilidad de prórroga.
- Permiso para trabajar, tanto por cuenta propia como en relación de dependencia.
- Eliminación de costos por documentación migratoria.
- Flexibilización del proceso de regularización.
También criticó que no se tomaran en cuenta las situaciones políticas, civiles o sociales de los países de origen de los migrantes. En el caso de los menores de edad, el Estado no garantizó plenamente su derecho a la educación, aseguró.
Centro de atención temporal y restricciones
Los migrantes llegaron en dos vuelos en febrero y fueron alojados en el Centro de Atención Temporal para Migrantes (Catem), en la zona sur del país, donde permanecieron por al menos dos meses sin poder salir, bajo medidas de seguridad.
Fue solo en abril cuando se les concedió una categoría migratoria humanitaria, y el 8 de julio, el gobierno costarricense anunció su extensión junto con permisos de trabajo para quienes aún permanecen en el país.

Casi la mitad del grupo retornó voluntariamente a sus países. Otros han solicitado refugio, salieron del Catem o todavía viven allí por decisión propia.
Polémica y cuestionamientos
La aceptación de los migrantes generó controversia nacional, y varias organizaciones no gubernamentales denunciaron violaciones a los derechos humanos, especialmente en el caso de niños y adolescentes.
Los deportados provenían de más de 15 países, incluyendo también India, Congo, Armenia, Georgia, Ghana, Jordania, Kazajistán, Turquía, Uzbekistán y Vietnam.