Mulino toca la campana en Wall Street y promueve a Panamá como destino de inversión
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, hizo sonar este lunes la campana de apertura de la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) y llamó a trabajar por la estabilidad financiera mundial.
«En nombre del Gobierno de la República de Panamá fue un honor tocar la campana hoy. Les deseo lo mejor, siempre en beneficio del mercado y de la estabilidad financiera mundial», expresó Mulino en su cuenta en X.
El mandatario panameño, que se encuentra en Nueva York para participar el miércoles en la Asamblea General de la ONU, fue recibido en la NYSE por Lynn Martin, presidenta del organismo, junto a otros directivos, con quienes sostuvo un encuentro privado. Allí, presentó a Panamá como un país con fuerte potencial económico y grandes oportunidades de inversión, destacando el nuevo plan estratégico del Canal y las megaobras de infraestructura en marcha.
Foro con gigantes tecnológicos y farmacéuticos
Además de su presencia en Wall Street, Mulino encabezó el Foro de Panamá en el Consejo de las Américas, donde sostuvo reuniones con empresas como Apple, Google, Pfizer, Exxon Mobil y Amazon.
El presidente expuso la agenda económica de su Gobierno, que contempla el ordenamiento de las finanzas públicas y un plan de inversión pública de más de 30.000 millones de dólares para el período 2024–2029, en áreas como salud, movilidad urbana, educación e innovación digital.
Reunión con António Guterres
Mulino también se reunió con el secretario general de la ONU, António Guterres, a quien reiteró la neutralidad del Canal de Panamá. El jefe de la ONU felicitó a Panamá por su papel como miembro no permanente del Consejo de Seguridad y su compromiso con la paz.
El presidente aseguró que Panamá ha actuado con independencia y equilibrio en ese organismo, y reiteró el respaldo a una reforma del sistema de paz y seguridad de Naciones Unidas.
Respecto a la crisis en Haití, Mulino ofreció apoyo de su país, pero instó a la ONU a buscar una solución efectiva. Sobre Nicaragua y Venezuela, tanto Mulino como Guterres coincidieron en calificarlos como una amenaza a la democracia en América Latina.
