Los dos milagros médicos que conmocionaron a Costa Rica cumplen un año de exitosa cirugía
El viernes 23 de febrero del 2018, a las 7:35 a. m., inició uno de los procedimientos quirúrgicos más complejos registrados en la medicina pediátrica de Costa Rica: la separación de los primeros siameses costarricenses craneópagos; es decir, unidos por sus cabezas.
La cirugía, que desde los primeros instantes tenía altas probabilidades de fallecimiento para ambos niños, desafió todas las expectativas y se posicionó como una de las intervenciones más exitosas del país y del mundo.
A un año de tal proeza ―en la que lideraron cinco médicos de diversas áreas, todos ellos especialistas graduados de la Universidad de Costa Rica (UCR)―, hoy Samuel y Ezequiel ostentan una calidad de vida nunca antes pensada, la cual derribó temores, preocupaciones e, incluso, las negativas proyecciones de prestigiosos médicos estadounidenses que asesoraron en la compleja operación. La posibilidad de sacar a ambos con vida era menor al 20%
“De los datos que probablemente nadie sabe, es que se consultó con expertos internacionales. La respuesta de ese grupo, que tenía más experiencia con siameses, fue que no eran operables; sobre todo, porque en el procedimiento se podía perder la vida de al menos un niño. Nuestro equipo se enfrentó a esa opinión de expertos y la razón fue sencilla: los niños ya no podían vivir así. Entonces, podía ser que los perdiéramos, pero pensamos: si los vamos a perder, los vamos a perder peleando”, relató el Dr. Jaime Cortés Ojeda, docente de la Escuela de Medicina de la UCR y jefe de cirugía del Hospital Nacional de Niños.
Sin embargo, no fue así. Los niños, con tan solo dos años de edad, sobrevivieron cerca de 20 horas en un quirófano en el que intervinieron, en diferentes momentos, alrededor de 100 profesionales de neurocirugía, anestesiología, enfermería; así como técnicos, auxiliares de sala y residentes. Esto sin contar las casi 17 operaciones previas y posteriores a la separación, que superaron exitosamente.
“Se pensó, en un momento, que fueran operados en el exterior, pero eso implicaba que la familia tuviera que trasladarse a vivir a los Estados Unidos por un año. Eso constituía un gran costo económico, no solo en estadía, sino también porque no era solamente separarlos. Había que hacer el seguimiento y las curaciones. Para que tenga una idea, los niños ahora son vistos por 15 especialistas distintos de audiología, cardiología, psicología y neurología, entre otros”, dijo el Dr. Cortés.
Si los niños se hubiesen operado en los Estados Unidos, el costo del procedimiento ascendería los $200 000, un monto elevado y casi inaccesible para una familia costarricense promedio. Esto, sin contar los cuidados posteriores y la atención continua que reciben actualmente. Evelyn Badilla Hernández y Stallin Núñez Morantes, padres de los niños, no eran la excepción.
Para el Dr. Cortés, lo anterior es una prueba clara de la importancia del sistema de salud público nacional y de la formación de médicos de alta calidad, quienes, en su gran mayoría, han sido preparados por la UCR y hoy sostienen una de las cinco mejores asistencias en salud del mundo, según la International Living Magazine.
“Esta cirugía, en otras partes del mundo, jamás se podría realizar y, mucho menos, sin ningún costo para la familia. Aquí es posible porque tenemos un sistema de salud solidario, financiado por todos nosotros. Ese es el verdadero valor de la seguridad social y de la formación de médicos, en este caso, de la UCR como institución pública”, afirmó el Dr. Cortés.
Prensa UCR